30 junio 2009

Amazonía


He aquí algunos hechos e ideas suscitados a raíz del conflicto amazónico:

1.- La amazonía peruana posee una riqueza económica, social y cultural de valor incalculable. Su suelo, su subsuelo, sus ríos, su biodiversidad, sus pueblos originarios con su enorme reserva de conocimientos ancestrales conforman un sistema ecológico-social unitario y armónico.

La amazonía peruana es también el escenario vital e inmediato de las comunidades nativas ribereñas y rurales. Cuatrocientos mil descendientes de los pobladores originarios prehispánicos, reproducen allí su vida y su cultura en equilibrio orgánico con la naturaleza.

Asimismo, esta región es el soporte material de la actividad productiva y comercial de alrededor de cinco millones de habitantes del oriente peruano. Y también la única renta estratégica nacional (energía, alimentos, agua) a futuro, así como una reserva hidro-biológica mundial fundamental.

Por ello, su proceso de desarrollo debe encararse de manera integral, coherente y planificada, siendo imprescindible la participación activa de las poblaciones amazónicas con voz, voto y poder efectivo de decisión y fiscalización.

2.- La República ha vivido y vive ignorando aún la suerte de los pueblos andinos. Y ha vivido y vive ignorando aún más el destino de los pueblos amazónicos.

Durante la República los pueblos amazónicos no han obtenido del Estado Peruano los más elementales beneficios de la modernidad. El Estado Peruano siempre generoso con los poderosos grupos económicos extranjeros y nacionales, ha sido exiguo y mezquino con sus poblaciones nacionales.

El 60% de las comunidades nativas vive en pobreza y el 40% en pobreza extrema. El 65% sólo cuenta con educación primaria, el 86% carece de alumbrado eléctrico y el 92% de agua potable. La morbi-mortalidad es elevada y los niveles de desnutrición crónica infantil están en el orden del 60 a 65%.

Róger Rumrrill dice en su libro La Amazonía Peruana: “Observaciones efectuadas sobre el terreno en el año 2008 prueban fehacientemente que los únicos indicadores que crecen en la Amazonía de modo constante son la desnutrición, la pobreza, la población y la erosión de los ecosistemas naturales”.

3.- Los pueblos amazónicos han pugnado desde hace largos años por integrarse a la peruanidad, y ser considerados dentro de un proceso de desarrollo económico-social sostenido e incluyente que respete su escenario vital, su cultura e identidad.

En los pronunciamientos de sus organismos representativos (por ejemplo, la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana – AIDESEP, o la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú – CONAP) no se advierten posiciones secesionistas o separatistas, ni tampoco milenarismos anacrónicos

Lamentablemente, las ineptas clases dominantes peruanas sólo les han ofrecido décadas de olvido, incomprensión, menosprecio, discriminación y explotación. No se puede pasar por alto la gran desconfianza que esta secular marginación del Estado Peruano ha generado en los pueblos de la Amazonía.

4.- El enorme potencial económico y estratégico de la región amazónica peruana está hoy en la mira de las grandes corporaciones del capital transnacional y los grupos de poder nacional. La extracción de hidrocarburos, la siembra de materia prima para biocombustibles y la extracción de madera, etc. son objetivos clave de sus inversiones.

Repsol, Talismán Energy, Petrobras, Pluspetrol, Perenco, etc. son algunas firmas que cuentan con permisos de exploración y extracción de hidrocarburos en la Amazonía. Y otras como el Grupo Romero, la chilena Femperú, la brasileña Amazon Fuel, están a la espera de tierras para cultivos bioenergéticos.

Actualmente el 68% de la selva amazónica está lotizada en extensas áreas bajo contratos, en negociación o convenios para exploración o explotación de hidrocarburos. A lo que hay que agregar las concesiones forestales destinadas a la extracción de madera.

La gravedad del problema no sólo está en que la riqueza de la selva ya no pertenece al “Perú de todos los peruanos”, sino que ésta y el desarrollo de la amazonía peruana quedarán supeditados al interés y conveniencia económica de las grandes corporaciones del capital.

Pero lo peor es que el 90% de los territorios donde habitan hoy las comunidades nativas han quedado incluidos dentro de los lotes concesionados. Lo que quiere decir que para el Estado Peruano el nativo de la Amazonía vale igual o menos que un árbol, un arbusto o un animal silvestre.

5.- La segunda edición del gobierno aprista es una versión pragmática, autoritaria y criolla del ideario neoliberal: todo para la “economía”, nada para el hombre; todo para el mercado, nada para las naciones; todo para la empresa privada, nada para el Estado; todo para el gran capital, nada para los pueblos.

Los artículos de Alan García de la serie “El síndrome del perro del hortelano”, son la forma soberbia y despectiva, con los que el caudillo aprista ha tratado de explicar y fundamentar su proyecto de “modernización” neoliberal. Pero son también, de algún modo, la verdadera agenda de su administración.

En el primer articulo de la serie dijo: “Hay millones de hectáreas para madera que están ociosas, otros millones de hectáreas que las comunidades y asociaciones no han cultivado ni cultivarán, además cientos de depósitos minerales que no se pueden trabajar…”

A continuación señaló: “…hay muchos recursos sin uso que no son transables, que no reciben inversión y que no generan trabajo…” Y enseguida acotó “El primer recurso es la Amazonía. Tiene 63 millones de hectáreas y lluvia abundante…”.

Luego, en los párrafos siguientes, y en referencia tanto al territorio de la Amazonía como a las tierras de las comunidades andinas sustentó la necesidad de negociarlas, entregándolas en “propiedad segura”, es decir, vendiéndolas “en grandes lotes” a la inversión privada.

Esto se publicó el 28 octubre de 2007, pero meses antes había dado pasos importantes para allanar el terreno a su cruzada privatizadora.

Para muestra, dos ejemplos: el 23 de febrero de 2007 emitió un DS para disolver el Instituto Nacional de Desarrollo de los Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos (INDEPA), y el 22 de octubre del mismo año envió al Congreso el Proyecto de Ley 1770 que permite revertir las tierras de las comunidades al Estado para su venta en subasta pública.

Luego en el 2008 aprovechando el marco de las atribuciones extraordinarias delegadas por el Congreso para adecuar la normatividad nacional al TLC con EEUU, promulgó una serie de DL, muchos de los cuales son inconstitucionales y violatorios de los derechos de las comunidades campesinas y nativas, y de los pequeños productores agrarios.

Pero la gestión desnacionalizadora del gobierno aprista no se ha limitado a legislar. En el 2007 terminó el año con 24 contratos de exploración de hidrocarburos en la Amazonía, superando los 16 contratos de 2006 y los 15 de 2005.

6.- Las comunidades nativas de la Amazonía han visto así invadido y dañado su medio de vida esencial. Y han sufrido la disminución de sus posibilidades de caza, de pesca, de recolección de frutos y alimentos para su subsistencia. El hambre, y nuevas enfermedades siguen ocasionando una elevada mortandad entre sus miembros.

Los sucesos de Bagua han sido el punto culminante de una tensión social generada, alentada y sostenida por el Ejecutivo. Desde comienzos de 2000, 54 comunidades nativas que habitan en el Cenepa han venido luchando contra la explotación de oro en esas zonas y contra el recorte del Parque Nacional de la Cordillera del Cóndor.

Desde inicios del gobierno aprista las poblaciones amazónicas han estado en alerta y han participado en la lucha para anular el DS que disolvía el INDEPA, y para modificar y dejar en suspenso el DL 1770. En setiembre del año pasado después de masivas protestas y el paro, lograron la derogatoria de los DL 1015 y 1073, que rebajaban el porcentaje de votos para que una comunidad nativa o campesina pudiese transferir sus tierras a terceros.

Pero quedaron casi una docena de DL igualmente amenazantes. Sus organismos representativos hicieron las consultas y los estudios pertinentes quedando claro que esos dispositivos, además de ser inconstitucionales, encerraban un serio peligro para un desarrollo social con respeto a su dignidad, su identidad y su cultura.

Después de recibir evasivas, negativas y dilaciones para establecer un diálogo efectivo a fin de derogar esos DL, las comunidades nativas se vieron obligadas a retomar la protesta, las movilizaciones y el paro.

7.- El nivel y la experiencia organizativa de las comunidades nativas amazónicas no son desdeñables. Desde hace más de 40 años ellas han venido recibiendo el interés y el apoyo de lingüistas, antropólogos, sociólogos, etc. También la catequesis y la ayuda de organizaciones católicas y evangélicas, e igualmente de ONGs. Este intercambio, así como su actividad económica, si bien no han cambiado su tenor material de vida, les han dado conciencia de sus derechos, conocimientos y la posibilidad de vincularse entre ellos.

Luego de una década de esfuerzos organizativos, tres pueblos nativos amazónicos: Asháninka (Selva Central), Shipibo (Ucayali) y Awajun (Selva Norte), constituyeron a comienzos de los años 80 la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana - AIDESEP.

AIDESEP es una organización nacional, presidida por un Consejo Nacional. Se asienta en 6 organismos descentralizados ubicados en el norte, centro y sur del país. Tiene 57 federaciones y organizaciones territoriales, que representan a las 1 350 comunidades donde viven 350 000 nativos, agrupados en 16 familias lingüísticas.

Otra de las organizaciones de las comunidades nativas amazónicas es la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú – CONAP - fundada en 1987, presidida por un Consejo Nacional que agrupa a 5 federaciones.

Las comunidades nativas de la Amazonía peruana no sólo están conectadas entre ellas, sino que desde 1984 también tienen organismos de coordinación con sus similares de toda la Cuenca Amazónica, para conducir acciones y proyectos conjuntos en defensa de sus derechos fundamentales.

Otras fortalezas a considerar entre los pobladores de la Amazonía son: la mejora de los niveles de educación que con mucho esfuerzo, y pese al abandono del Estado, ha logrando una parte de las nuevas generaciones, el dominio de cierta disciplina militar de quienes han servido en el ejército peruano, la experiencia ganada en las rondas comunitarias durante los años de la guerra interna, y además su amplio conocimiento del terreno y los modos de sobrevivir en la selva.

Durante los días del paro amazónico se vieron numerosos y nutridos contingentes sobre todo de jóvenes, unos con atuendos típicos, los más con vestimenta actual, portando lanzas y palos, lanzando vivas, confiados en su causa y en su juventud. Aparecían ocupando los puentes, los puertos fluviales, los trechos estratégicos en las carreteras, anunciando que estaban dispuestos a morir por defender sus derechos.

8.- Conforme pasaban los días, la resistencia de las comunidades nativas fue haciendo ver al país entero que la causa por la que luchaban era justa, y que no era una causa sólo de ellos sino también de las comunidades andinas, de los pequeños productores, de los trabajadores, de los marginados y oprimidos de siempre, y finalmente de todo el Perú. Inclusive de la humanidad entera, hoy amenazada como nunca por el calentamiento global y el deterioro de nuestro medio ambiente.

En múltiples comunicados los gremios de productores agrarios, las centrales y sindicatos de obreros y trabajadores fueron haciendo conocer su adhesión. En igual sentido se expresaron ONGs, instituciones académicas, organismos estudiantiles, intelectuales y personalidades democráticas.

Pronunciamientos que están fuera de toda sospecha de sedición como la Declaración de los Obispos de la Amazonía, la opinión de la Defensoría del Pueblo, el dictamen de La Comisión Multipartidaria del Congreso, fueron claros en proponer la derogatoria de los DL en cuestión.

En los 56 días que duró el paro hasta el trágico 05 de junio, todo el Perú (y por supuesto el mundo) fue testigo de cómo el Ejecutivo (acaudillado por un envanecido y envalentonado Alan García) en complicidad con la bancada aprista del Congreso, con los sectores más recalcitrantes de la derecha y los fujimoristas, empujaron los acontecimientos hacia un desenlace sangriento.

En esos días era evidente que el Señor Presidente no quería darse por enterado de que a cada minuto crecía exponencialmente el rechazo a la ilegitimidad de sus DL. Con seguridad que más se veía y se escuchaba a sí mismo, y más atendía al tintineo de los negocios ya pactados con las transnacionales. Y, por supuesto, a la grita de los que pedían orden y restablecimiento del principio de autoridad.

Y así, cuando la tensión acumulada por la espera, el engaño y las escaramuzas con la policía recorría las filas de los manifestantes, el Ejecutivo, en la certeza de que era el momento de imponer sus DL por la fuerza y en la convicción de estar develando un complot de inspiración extranjera, tomó la decisión de despejar la carretera Fernando Belaúnde Terry en el tramo conocido como la Curva del Diablo.

La orden vino de Palacio. El operativo policial, mal planificado y peor ejecutado, produjo la tragedia que ya conocemos, y cuyo saldo de víctimas mortales aún no está definitivamente establecido. El responsable principal de los sangrientos sucesos de Bagua ha sido, sin lugar a dudas, el operador de turno del gran capital y del “modelo” neoliberal: el autor de la agenda ejecutiva “El síndrome del perro del hortelano”.

9.- El gobierno aprista se ha visto obligado a dar marcha atrás. Después de que sus voceros dieran explicaciones patéticas, rayanas en el delirio o la imbecilidad, y reclamaran castigo y penalización para los “culpables”, ha tenido que acceder a algunas demandas del movimiento amazónico.

Los dirigentes y las bases de las comunidades nativas han celebrado el éxito parcial de su potente lucha. Seguramente el movimiento entrará en una fase de evaluación de sus aciertos y errores, de sus logros y limitaciones, y seguro permanecerá en alerta y vigilancia pues si bien el peligro inminente ha amainado, la amenaza persiste.

Por lo pronto, tienen varios dirigentes detenidos, muchos perseguidos, y otros desaparecidos. El gobierno – en una actitud que busca la división del movimiento amazónico - ha incorporado a las negociaciones a otros líderes nativos y hay visos de pretender excluir a las organizaciones que dirigieron la protesta. Asimismo, se ha dado nacimiento (Casa del Pueblo, 16 de Junio del 2009) a la Comisión Organizadora de una Confederación Nacional Agraria, Campesina y Nativa – CONAC de neto sello aprista.

Asimismo, la lotización de la Amazonía, las concesiones ya otorgadas, y las solicitudes para obtener tierras para cultivos bioenergéticos están vigentes. Además, la doctrina neoliberal sigue posesionada en los predios del Palacio de Gobierno y el Congreso. Asimismo, la historia de inconsecuencias del aprismo no garantiza que en la Mesa de Diálogo sean tomados realmente en cuenta los puntos de vista de las comunidades amazónicas.

10.- La exitosa lucha de las poblaciones nativas amazónicas, y sus reverberaciones en Andahuaylas, Canchis (Cuzco), Puno, etc., han mostrado nuevos aspectos del problema de la Amazonía y el Ande, y han dado una nueva dimensión al movimiento de las comunidades en el país.

El problema primario del Perú – insoluto desde la Colonia - ha sido replanteado por la lucha viva de poblaciones que parecían no existir. Esta vez el problema de la tierra y del hombre del Perú Profundo ha vuelto a ser formulado, ya no en forma subrepticia y tramposa como lo hizo el Ejecutivo, sino en forma franca y abierta por la movilización de las comunidades nativas de la Amazonía y de las comunidades campesinas del Ande.

¿Cómo debemos entender el desarrollo de la Amazonía? ¿Qué vínculo existe entre el desarrollo de la Amazonía y el desarrollo de la región andina? ¿Cuál es el rol de la comunidad nativa amazónica y de la comunidad campesina del Ande en el desarrollo de esas macro-regiones y la construcción del Perú Integral? ¿Qué oponer a la propuesta de vender las tierras de la Amazonía y de las comunidades campesinas a la gran inversión privada capitalista como la mejor opción para el desarrollo del país?

Estas y otras preguntas – que esperan respuestas – han sido colocadas en la orden del día por los últimos acontecimientos nacionales.
GRGCH 24 JUNIO 2009