18 febrero 2009

¿EL INGRESO A LA UNIVERSIDAD COMO OBJETIVO DE LA EDUCACIÓN?

1.El alto índice de desocupación en el país no es sólo consecuencia natural del sistema de producción imperante, sino que es un medio para generar lucro en beneficio de ciertos sectores.
Por citar algunos casos:
-Los candidatos a presidente de la república o gobierno regional, a parlamentario, alcalde o regidor, hacen de la oferta de empleo una de sus banderas electorales, cuanto más ofertan mayores son las adhesiones y por tanto sus posibilidades de ser elegidos crecen. Si la desocupación decrece perderían su llamativa bandera.
-Las empresas encuentran mano de obra barata pues hay mucha gente luchando por un mismo puesto de trabajo, algo tan ansiado como escaso. Los empresarios no sólo pagan bajísimos sueldos sino que eluden derechos laborales: no pagan seguro, pensión, vacaciones, tiempo de servicios, licencia por maternidad, no hay derecho a sindicalizarse, ni horario de trabajo que se respete.
-Aparecen institutos o centros de capacitación que ofertan el milagro de tener trabajo bien remunerado a casi el 100% de sus egresados. Estos institutos o centros de capacitación cubren una gama numerosa de ocupaciones: peinador, periodista, fotógrafo, publicista, diseño, crianza de animales, profesor de escuela, fabricante de yugurt, cocinero, atención en hotel, mecánico dental, fabricante de detergente, panadero, etc.
2.Los distintos regímenes que se suceden en nuestro país y los propios grupos de poder dominantes saben que la desocupación es crónica y no tienen el menor interés en tratar de resolver el problema, ni siquiera de dar paliativos.
Dado que en nuestro país la población es mayoritariamente joven, la presión social de estos jóvenes y sus padres sobre el Estado para que atienda el problema del desempleo, es bastante fuerte. Ante ello, los grupos dominantes y los medios de difusión masiva alientan la idea que la solución está en el ingreso a la universidad; así, si el joven logra ingresar será un profesional de éxito y no sólo resolverá su problema personal sino que permitirá resolver el problema de toda la familia y con ello vendrá el deseado ascenso social.
3.Anualmente egresan de la escuela secundaria por lo menos 500 mil jóvenes mientras que el número de vacantes que oferta el conjunto de universidades, contando aquí a las estatales y las privadas, es de aproximadamente 100 mil. Por tanto, 400 mil jóvenes no ingresarán a ninguna universidad sin contar a los que no ingresaron los años anteriores. En conclusión, la idea de que el ingreso a la universidad es la solución al problema del desempleo es una farsa.
No estamos considerando aquí el problema posterior al ingreso constituido por la enorme deserción de jóvenes que no concluyen sus estudios universitarios, en gran parte por la endeble formación que traen del colegio; ni tampoco el hecho de que -del conjunto de egresados universitarios- muy pocos son los que acceden a un puesto laboral, pues el país no tiene metas ni planes para absorber mano de obra calificada.

4.Siendo una farsa la idea del ingreso masivo al sistema universitario, esta farsa rinde lucro a otros sectores; en efecto, citemos algunos de ellos:
-Universidades que ofertan ingreso directo desde el cuarto año de secundaria, a fin de asegurar el mercado ante la competencia cada vez mayor.
-Libros varios, la mayoría de dudosa calidad, se difunden para atender la demanda de padres de familia y jóvenes deseosos de asegurar su ingreso.
-Academias de preparación para el ingreso a la universidad para cubrir en dos meses las deficiencias que la enseñanza secundaria debió cubrir en cinco años.
-Proliferación de universidades particulares y estatales de ínfima calidad, las primeras con abierta y legal afán de lucro y las segundas para seguir alimentando el engaño y de paso atender los pedidos de pago de favores políticos.
-Un número cada vez mayor de colegios autodenominados pre-universitarios que desde la primaria aplican pruebas de alternativa múltiple a fin de preparar al alumno para ese tipo de prueba, tan diseminado como dañino. Estos colegios comprimen el contenido de la secundaria diseñado para cinco años, cubriéndolo en tres años a fin de dejar libres los dos últimos años para la exclusiva preparación para el ingreso a la universidad.

Tomás Núñez Lay