06 mayo 2006

SEGUNDA VUELTA ELECTORAL Y PRIORIDADES NACIONALES

Estamos ya en la segunda vuelta electoral. Y, al igual que en la primera, la atención de los medios masivos de comunicación y de los analistas políticos está centrada en lo circunstancial y anecdótico de la campaña, en la posible migración de los votos de la primera vuelta, y en los gestos, las palabras y los desplazamientos de los candidatos.

Los problemas prioritarios del país (que desde nuestro punto de vista, son los que atañen a la vida de las personas): salud, educación, empleo, reactivación del agro no exportador, seguridad ciudadana, saneamiento ambiental, vialidad y transporte, lucha anti-corrupción, etc., vuelven a ser relegados a un tratamiento superficial y fragmentario.

Son contadas las voces de quienes proponen la necesidad de unir esfuerzos en una voluntad colectiva nacional, para afrontar urgentemente la solución de estos problemas que han permanecido sin atención durante largas décadas, y que han sumido a las dos terceras partes de la población peruana en una penosa vida de exclusión y de miseria. Ahora ya no se parte de cero, pues:

1.- Existe la percepción de que si no se atiende con urgencia el llamado “problema social”, el Perú puede entrar en una delicada situación de tensiones y conflictos internos, que podrían hacer ingobernable su futuro, y significarían un nuevo período de frustración en sus posibilidades de desarrollo nacional.

2.- Hay una serie de propuestas como las del Acuerdo Nacional, el Proyecto Educativo Nacional del Consejo Nacional de Educación, el Compromiso de los Partidos Políticos por la Salud, el de la Iniciativa Contra la Desnutrición Infantil, etc., que no deberían dejarse de lado, sino más bien tomarse como referentes indispensables para políticas de Estado eficientes y eficaces que permitan en lo inmediato revertir el tiempo perdido y propiciar una enérgica y sostenida acción en pro del desarrollo humano.

3.- Hay una gran demanda y expectativa de la población por la solución de sus problemas más urgentes. Y también hay organismos de base y organismos locales y regionales con experiencia en la lucha contra la pobreza, que pueden facilitar la ejecución de un proyecto de desarrollo humano integral, que sea a la vez componente fundamental de un proyecto de desarrollo nacional.

Por otro lado, existe también la apreciación de que el crecimiento económico – como ha sucedido hasta ahora – no puede ocurrir a expensas de la exclusión y marginación de las mayorías nacionales. Tiene que haber un cambio muy importante en la dirección de la política económica, en la que el crecimiento no sea un fin en sí mismo y beneficie sólo a unos cuantos grupos de poder económico, sino que sea un medio de lograr el bienestar de los más y el motor de un verdadero progreso del conjunto de la sociedad.

La historia de los procesos electorales de los últimos 25 años ha sido decepcionante para la ciudadanía, pues los candidatos elegidos olvidaron pronto sus ofertas de campaña o hicieron lo contrario de lo que prometieron. Y no se pudo hacer mucho para remediarlo, pues esta democracia excluyente, basada en los intereses del capital, sabe protegerse con rígidos y a la vez sutiles mecanismos de seguridad.

Ciertamente, es poco lo que se puede esperar de esta segunda vuelta electoral. Ahora, la ciudadanía está conminada a elegir entre dos candidatos con antecedentes y trayectoria nada recomendables para dirigir el país. Sus propuestas de gobierno no son coherentes con un desarrollo nacional integral, ni sus medidas están debidamente priorizadas y sustentadas para atender efectivamente la gran demanda social existente.

No obstante, si la población deja de ver las elecciones como una fiesta o un espectáculo, es posible aprovechar el momento político nacional para que los candidatos en pugna expongan el qué y el cómo de sus propuestas, para que señalen los ejes centrales de sus políticas, para que definan sus prioridades, y para que precisen qué pasos seguirán desde el 28 de Julio.

Comparar ambas ofertas electorales y contrastarlas con las reales y urgentes necesidades de las mayorías nacionales, puede darle a la ciudadanía una mejor visión de los que le espera, puede permitir que ésta tenga más claridad de cómo priorizar sus exigencias y reajustar sus plataformas reivindicativas para afianzar y desarrollar con autonomía sus organizaciones. Ello será garantía de nuevas, importantes y mejores luchas.

G.R. Guevara Ch

2 Comments:

At 9:12 p. m., Anonymous Anónimo said...

Prueba de comentario anónimo

Cali

 
At 9:43 p. m., Anonymous Anónimo said...

Pienso que la justificada desconfianza respecto a ambos candidatos debe transformarse en exigencia –a ambos- de compromisos concretos: con el Acuerdo Nacional, con la recomendaciones de la CVR, con el sistema anticorrupción, con las libertades democráticas, etc.

Pero como nada nos garantiza que, aún asumiendo formalmente esos compromisos, los cumplan una vez que sean Gobierno, nos corresponde prepararnos para ser una oposición organizada y activa que vele por la gobernabilidad y la viabilidad de nuestra patria.

C. Núñez

 

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